Carlos Cañas
también conocido como Gonzalo Rodríguez Cañas, Carlos Gonzalo Cañas o Carlos Augusto
Cañas (San Salvador, 3 de septiembre de 1924 - ibídem, 14 de abril de 2013)
fue uno de los mayores exponentes en la historia de la pintura de El Salvador.
Se considera el precursor del arte abstracto en su país, aunque su prolífica obra
se expresó en diferentes corrientes artísticas a través de los años. El año
2012 fue reconocido con el Premio
Nacional de Cultura.
Estudió en
la Escuela Nacional de Artes Gráficas de El Salvador y en 1944 egresó como profesor
de Dibujo, Pintura e Historia del Arte. En 1950 viajó a Madrid becado por el Instituto de Cultura
Hispanoamericana, gracias a las gestiones de Raúl Contreras. En
ese país se formó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Regresó
a El Salvador y fue catedrático en la Universidad
de El Salvador, donde
se desempeñó como profesor de la Escuela de Arquitectura. En 1974 fungió como
jefe del departamento de artes de promoción cultural en la misma institución.
También
ejerció el cargo de director del Centro Nacional de Artes (CENAR) entre los
años 1996 y 2001.
Mural de Carlos Cañas
en el plafón de la Gran Sala del Teatro Nacional de San Salvador.
Nació en
el seno de una familia humilde con disposición artística, ya que los tíos
paternos eran pintores de carteles publicitarios. Desde niño Carlos Cañas
mostró una sensibilidad especial hacia la naturaleza y el arte. Fue Mauricio
Aguilar quien ejerció una influencia decisiva en su juventud, ya que le
instruyó en la plástica europea de ese tiempo. Para 1945, Cañas lideraba el
grupo de jóvenes artistas denominado «Los independientes», de raíces
«proletarias» quienes querían que tanto el arte como la pintura fueran tomadas
en cuenta en todos sus aspectos culturales, sociales y económicos. Ellos se
oponían a «Los académicos», alumnos en su mayoría de Valero Lecha que tenían «una forma anacrónica de
practicar la pintura». Sin embargo, fue durante su estancia en
España, adonde aprendió a darle valor «a las personas, el valor a lo humano»,
según el mismo refería. También
fue allí a donde conoció a su esposa Carmen Gutiérrez, oriunda de Arnuero.
Durante su
carrera pictórica, Cañas retomó una variedad de estilos e influencias, las
cuales fueron retratadas en obras con matices precolombinos, y principalmente
en el arte abstracto de los años 1960 tras su retorno de España; que para el
antropólogo Ramón Rivas: «Era en el tiempo en que salir con ese tipo de arte en
un país como el nuestro era lo mismo que un disparate». Por su parte, Roberto Galicia opina que Cañas causó «una verdadera
revolución en el campo de las artes salvadoreñas» con esa propuesta.
Su obra
contiene además la temática política, y una etapa colorida entre las que destaca
el mural del plafón de la Gran Sala del Teatro
Nacional. José
Roberto Cea opina
al respecto:
«Cañas
reúne en sus cuadros la mayoría de las expresiones plásticas de los otros
pintores salvadoreños. Así como él viene de otras experiencias pictóricas
ajenas, de él vienen muchos pintores. Ha sido el recipiendario-provocador,
influenciador-influenciado.»
Su lienzo
más conocido es Sumpul (1984), un homenaje a las víctimas de
la masacre del río Sumpul de 1980, la cual «tiene tonos fríos, oscuros, grises,
lo que pone al espectador en una atmósfera de sueño o pesadilla», según el
experto Rodolfo Molina. Se dice
que dicha pintura llegó a ser descolgada por un «indignado» diplomático
salvadoreño en la Exposición
Universal de Sevilla
del año 1992.
Ya en la
longevidad, el artista se encontraba en búsqueda de la «gran síntesis», una
mezcla de arte primario, americano, con cierta cercanía con el arte europeo; en suma, la etapa final de todo hombre,
artista, poeta, en la que buscaba simplificar los sistemas con los que había
empezado a trabajar.
Otras
manifestaciones del arte de Cañas se encuentran en acuarelas, grabados,
ilustraciones en libros de cuentos, poemas, y libros sobre historia del arte.
Una de sus creaciones literarias fue Cañas por Carlos Cañas del año 1976. También durante los años
1950´s y 1960´s realizó decoraciones, y diseñó el vestuario para el Teatro
Universitario y compañías teatrales de El Salvador.
Áspero en
ocasiones, amante de la soledad, apasionado de su oficio, firme en sus
convicciones, y muy crítico del escaso entorno cultural en el que se
desarrolló, Carlos Cañas es
considerado un pilar de la plástica salvadoreña. Falleció el 14 de abril de 2013 de un
paro cardíaco.
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